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Growth Hacking: ¿Revolución o Mera Ilusión?

marzo 25, 2024

IA

Ay! Cuánto “brilli brilli” tiene el growth. Lo tenemos en todas partes, nos sale en Instagram, TikTok, LinkedIn… si es que es el futuro. “Compañeros de crecimiento”, “Más que una agencia de marketing”, “Crece más y mejor”.

Así adornan sus “hero” las páginas web este año. Está claro, hay que vestirse de “growth” este 2024, y utilizar términos como “churn” (que viene siendo la tasa de abandono de toda la vida), “growth loops” (que viene siendo el boca a boca digital), “viral coefficients” (esto viene a ser algo así como “cuantos clientes me trae un cliente satisfecho”, “A/B testing en esteroides”, y “customer journey optimization” (es decir, optimizar…) hasta en las conversaciones de bar (¿Aún va la gente a los bares?).

Antes de que nos dejemos llevar por la ola y empecemos a adornar nuestras conversaciones y estrategias con estos términos, vamos a pararnos y a recapitular. Pregúntate: detrás de la fachada brillante y las promesas de crecimiento exponencial, ¿entendemos la sustancia? ¿Sabemos qué implica realmente implementar estas estrategias y si son el santo grial que prometen ser?

El Growth Hacking, sin duda, ha cambiado las reglas del juego en el marketing y el desarrollo empresarial, presentando un enfoque ágil y centrado en el crecimiento rápido. Pero no todo lo que brilla es oro, y debemos entender el mecanismo y las expectativas reales detrás de este “nuevo juguete” antes de sumergirse de lleno en su adopción.

Así que, hazte un café, ponte cómodo… ¡que arrancamos!.

Antecedentes: la génesis

Ah, el growth hacking. Suena moderno, ¿verdad? Pero para entender este fenómeno, tenemos que dar un pequeño salto atrás en el tiempo. No, no vamos a la era de los dinosaurios, sino a un momento no tan lejano, cuando el término “growth hacking” comenzó a colarse en las salas de reuniones y en los foros de internet. Fue acuñado por primera vez allá por 2010 por Sean Ellis, quien buscaba describir una forma única de plantear el crecimiento. No simplemente como un objetivo deseable para las empresas, sino como un campo de batalla que requiere astucia, innovación y, a veces, un poco de magia negra (metafóricamente hablando).

De Startups a Gigantes

Inicialmente, el growth hacking se convirtió en el evangelio de las startups. Con presupuestos ajustados y una desesperada necesidad de captar la atención en mercados saturados, estas empresas jóvenes adoptaron estrategias de growth hacking para lograr crecimientos que, de otra manera, habrían sido imposibles. Dropbox, Airbnb, y Uber son solo algunos ejemplos de compañías que, en sus primeros días, utilizaron tácticas ingeniosas para multiplicar sus bases de usuarios sin gastar fortunas en marketing tradicional.

Más Allá del Marketing

Lo interesante del growth hacking es que trasciende el marketing tradicional. No se trata solo de promocionar un producto; se trata de integrar el crecimiento en el producto mismo, de encontrar formas de hacer que el producto se venda solo. Esto puede implicar desde mejoras en el producto basadas en el feedback de los usuarios hasta el uso inteligente de datos para personalizar la experiencia del usuario. El growth hacking busca puntos de apalancamiento donde pequeños ajustes pueden tener grandes impactos en el crecimiento.

El Cambio de Paradigma

El auge del growth hacking también ha impulsado un cambio en cómo las empresas, grandes y pequeñas, piensan sobre el crecimiento. Ya no es suficiente tener un buen producto; ese producto debe ser capaz de captar y retener usuarios de manera casi autónoma. Ha llevado a una fusión más estrecha entre los equipos de producto, marketing y análisis, borrando las líneas que tradicionalmente separaban estas áreas.

Pero, ¿Es Oro Todo Lo Que Reluce?

Sin embargo, a medida que el término se ha popularizado, también ha surgido escepticismo. ¿Es el growth hacking simplemente marketing con un nuevo traje? ¿O representa una verdadera innovación en la forma en que las empresas pueden y deben crecer en la era digital? Hay quienes argumentan que, en su núcleo, el growth hacking es simplemente un enfoque pragmático para el crecimiento, uno que siempre ha existido pero que ahora tiene un nombre llamativo.

destripando el truco

Ahora que hemos repasado cómo el growth hacking se ha infiltrado en el léxico corporativo, convirtiéndose casi en una especie de mantra para empresas que buscan la tierra prometida del crecimiento rápido, es hora de poner este concepto bajo el microscopio. ¿Qué hay realmente detrás de las estrategias más aclamadas de growth hacking? ¿Son verdaderas varitas mágicas o simplemente espejismos en el desierto del mercado digital?

La Obsesión por el “Viral Coefficient”

Una de las piedras angulares del growth hacking es lograr que tu producto o servicio se vuelva “viral”. La idea suena tentadora: crea algo que la gente no solo use, sino que también quiera compartir fervientemente. Pero aquí viene el truco: alcanzar un coeficiente viral real es tan raro como encontrar una aguja en un pajar. La realidad es que detrás de cada caso “viral” hay un trabajo meticuloso, análisis y, sí, un poco de suerte. No es algo que simplemente “sucede”.

“Growth Loops”: El Boca a Boca Digital

Los growth loops prometen transformar a cada usuario en un evangelizador de tu marca. En teoría, suena como un sueño hecho realidad. Sin embargo, crear un loop efectivo que incentive a los usuarios a compartir tu producto de manera orgánica requiere una comprensión profunda de tu audiencia y una propuesta de valor irresistible. No basta con pedirle a la gente que comparta; necesitas darles una razón para hacerlo (y no, no puede ser dinero).

El A/B Testing… Pero a lo Bestia

El A/B testing es una herramienta que ha existido desde los inicios del marketing, permitiendo comparar dos versiones de, por ejemplo, una página web, para ver cuál funciona mejor. El growth hacking toma este concepto y lo lleva al extremo, buscando optimizar cada aspecto de la experiencia del usuario. Pero aquí está la advertencia: sin una estrategia clara y objetivos bien definidos, el A/B testing puede convertirse en una carrera sin fin hacia ninguna parte, consumiendo recursos y tiempo en el camino.

La Optimización del “Customer Journey”

Entender y mejorar el viaje del cliente desde que descubre tu producto hasta que realiza una compra (y más allá) es algo que sabemos que debemos hacer. Sin embargo, el growth hacking a veces peca de intentar sobre-optimizar, olvidando que cada cliente es un individuo con motivaciones únicas. No hay una solución única para todos; lo que funciona para un segmento de tu audiencia puede no resonar con otro.

Gamificación: El Poder del Juego

La gamificación transforma tareas mundanas en experiencias entretenidas, incentivando a los usuarios con recompensas, puntos, y logros. A primera vista, parece revolucionario, pero al final, ¿no es simplemente una manera sofisticada de decir “hacer las cosas divertidas para que la gente quiera hacerlas”? La verdadera pregunta es si estas mecánicas de juego crean valor a largo plazo o simplemente sirven como un anzuelo inicial.

Referral Programs: El Boca a Boca 2.0

Los programas de referidos no son nada nuevo, pero en el arsenal del growth hacker, se han convertido en herramientas que resplandecen. “Tráeme a un amigo y ambos tendréis un descuento” suena bien, pero su éxito depende enormemente de la percepción de valor del servicio o producto. Si bien pueden impulsar el crecimiento a corto plazo, la sostenibilidad de estos programas a menudo se ve amenazada por la saturación del mercado y la fatiga del consumidor.

Content Marketing: La Seducción por el Contenido

El content marketing es otra pieza principal en la estrategia de growth hacking, con un enfoque en crear y distribuir contenido relevante para atraer y retener a una audiencia claramente definida. Pero aquí el truco está en la calidad y la relevancia. Sin un entendimiento profundo de tu audiencia, el content marketing puede convertirse en un pozo sin fondo de recursos, tiempo y esfuerzo, con poco retorno sobre la inversión.

SEO Hacking: Dominando los Motores de Búsqueda

El SEO (Search Engine Optimization) siempre ha sido una piedra angular del marketing digital, pero el growth hacking lo lleva a otro nivel, buscando “hackear” los algoritmos de los motores de búsqueda para ganar visibilidad rápidamente. Sin embargo, con los algoritmos en constante evolución y penalizaciones por prácticas poco éticas, esta es una estrategia que requiere cautela. Lo que funciona hoy puede ser tu perdición mañana.

Automatización y Personalización: El Toque Personal a Escala

Usar la tecnología para automatizar interacciones mientras se personalizan para el usuario las sienta como únicas es una estrategia de growth hacking especialmente prevalente en el email marketing y la interacción en redes sociales. Aunque muy potente, la línea entre la personalización real y la sensación de ser solo otro número en una base de datos es delgada. La automatización mal implementada puede llevar a experiencias de usuario frías y alienantes.

¿esto es nuevo o es lo mismo?

¡Ay! Amigo, hemos llegado a la pregunta del millón…

El Vestido Nuevo del Emperador

Al observar de cerca, el growth hacking podría parecerse mucho al cuento del nuevo traje del emperador. Se nos presenta como la última moda, indispensable para cualquier empresa que aspire a crecer en el digitalizado mercado actual. Pero, quitando el “brilli brilli”, ¿qué nos queda? Estrategias de marketing, ventas y desarrollo de producto que, aunque efectivas, no son precisamente nuevas. Lo que ha cambiado es el contexto, la velocidad a la que se operan y, quizás más importante, la mentalidad con la que se abordan.

Innovación vs. Reetiquetado

Sin duda, el growth hacking ha traído innovaciones, especialmente en cómo se utilizan los datos y la tecnología para impulsar el crecimiento. Sin embargo, muchas de sus tácticas son versiones optimizadas y adaptadas de lo que el marketing y el desarrollo empresarial han estado haciendo desde siempre. Lo que sí es nuevo es la mentalidad growth hacker: un enfoque implacablemente centrado en el crecimiento, dispuesto a experimentar, medir y adaptar en ciclos rápidos. Este enfoque puede ser lo que muchas empresas necesitan para sobresalir en un entorno cada vez más competitivo. Ya no se trata de que te compren, se trata de que te quieran. Mucho y para siempre.

La Fusión de Disciplinas

Quizás una de las verdaderas innovaciones del growth hacking sea cómo ha logrado fusionar disciplinas que tradicionalmente trabajaban en silos. Marketing, desarrollo de productos, ingeniería y análisis de datos ahora colaboran más estrechamente, impulsados por un objetivo común de crecimiento. Esta integración ha permitido una toma de decisiones más ágil y fundamentada en datos, aspectos donde el growth hacking realmente brilla.

La Ética del Crecimiento

Otro punto de discusión es la ética en las prácticas de growth hacking. La presión por obtener resultados rápidos puede tentar a algunos a cruzar líneas éticas, especialmente cuando se trata de la privacidad y el consentimiento del usuario. Aquí es donde el growth hacking necesita encontrar un equilibrio, asegurándose de que el crecimiento no se logre a expensas de la confianza del usuario.

 

Entonces, ¿esto es nuevo o es lo mismo? La respuesta es un poco de ambos. Mientras que muchas estrategias de growth hacking pueden ser vistas como tácticas de marketing y desarrollo empresarial reetiquetadas para el siglo XXI, la mentalidad y la forma integrada y basada en datos con la que se aplican estas tácticas sí representan un cambio. Lo que está claro es que, más allá de la nomenclatura, lo importante es el valor real que estas estrategias aportan a las empresas y cómo se alinean con las expectativas y el bienestar de los usuarios. El verdadero arte del growth hacking radica en su ejecución consciente y su capacidad para adaptarse y evolucionar, no solo en seguir una lista de trucos de moda.

Éxitos y fracasos

El mundo del growth hacking está lleno de historias de éxito que parecen sacadas de una película de domingo tarde, pero también hay relatos de fracasos que nos recuerdan que no existe una fórmula mágica para el crecimiento. Vamos a ver un poco a ambos lados de la moneda para entender mejor qué hace que algunas estrategias de growth hacking despeguen, mientras que otras se quedan en la pista de despegue.

Historias de Éxito: Cuando las Estrellas se Alinean

  • Dropbox: Su famoso programa de referidos ofrecía espacio de almacenamiento adicional tanto al usuario que refería como al nuevo usuario. Esta táctica, simple pero brillante, catapultó a Dropbox a millones de usuarios nuevos sin una inversión masiva en publicidad tradicional.
  • Airbnb: Al integrar su plataforma con Craigslist, Airbnb encontró una forma ingeniosa de llegar a una audiencia masiva sin gastar un céntimo en marketing. Esta táctica de guerrilla no solo fue innovadora sino extremadamente efectiva, ayudando a Airbnb a convertirse en el gigante que es hoy.
  • Hotmail: Aunque su estrategia data de antes del término “growth hacking”, el simple acto de agregar “PS: I Love You. Get Your Free Email at Hotmail” al final de cada correo enviado por sus usuarios fue una jugada maestra de crecimiento orgánico.

Fracasos: Lecciones Aprendidas

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro en el mundo del growth hacking. Algunas estrategias fracasan por diversas razones, ya sea por una mala ejecución, falta de alineación con el público objetivo o simplemente mala suerte.

  • Google+: A pesar de tener el respaldo de uno de los gigantes tecnológicos más grandes del mundo, Google+ nunca logró despegar. La estrategia de crecimiento, basada en la integración forzada con otros servicios de Google, resultó ser más un impedimento que un acelerador de crecimiento.
  • Juicero: Este startup ofrecía una máquina de zumos conectada a internet que solo funcionaba con sus propios paquetes de frutas y verduras prensadas. A pesar de una considerable inversión en marketing y desarrollo, el producto fue ampliamente criticado por ser innecesariamente complicado y caro, lo que finalmente llevó a la compañía al fracaso.

Factores Críticos para el Éxito o el Fracaso

  • Alineación con el Usuario: Las estrategias de growth hacking de más éxito se centran en las necesidades y deseos del usuario final. La desconexión con la audiencia objetivo es una receta para el fracaso.
  • Sostenibilidad: Las tácticas que impulsan el crecimiento a corto plazo pero no tienen en cuenta la sostenibilidad a largo plazo pueden llevar a un éxito fugaz, seguido de un fracaso duradero.
  • Innovación vs. Imitación: Mientras que la innovación real puede impulsar un crecimiento significativo, la simple imitación de estrategias de éxito sin adaptarlas al contexto específico de una empresa suele resultar infructuosa.
  • Ética y Percepción de Marca: Las tácticas que juegan en los límites de la ética o que pueden percibirse negativamente por el público pueden tener consecuencias desastrosas para la percepción de la marca.

¿Qué futuro nos espera?

Después de un viaje a través de las luminosas alturas y las sombrías profundidades del growth hacking, es natural preguntarse sobre el camino que se extiende ante nosotros. ¿Qué dirección tomará esta metodología que ha cambiado la forma en que las empresas piensan sobre el crecimiento? Vamos a explorar algunas posibilidades y prepararnos para lo que pueda estar al girar la esquina.

Hacia una Integración Más Profunda con la IA

El futuro del growth hacking probablemente verá una integración aún más profunda con la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. Estas tecnologías ofrecen la posibilidad de personalizar experiencias de usuario a una escala previamente inimaginable, prediciendo necesidades y comportamientos de manera proactiva. La IA podría llevar el growth hacking a nuevos niveles de eficiencia, permitiendo estrategias que se auto-optimizan en tiempo real.

Ética y Transparencia en el Centro de Atención

A medida que el público se vuelve más consciente de la importancia de la privacidad y la ética en el ámbito digital, las estrategias de growth hacking enfrentarán un escrutinio más intenso. Las empresas tendrán que equilibrar cuidadosamente sus esfuerzos de crecimiento con el respeto por la autonomía y los derechos de sus usuarios. Esto podría significar una evolución hacia tácticas más transparentes y consensuadas de crecimiento.

Crecimiento Sostenible vs. Explosiones Rápidas

El énfasis en el crecimiento rápido y a menudo desenfrenado podría dar paso a una valoración más equilibrada de la sostenibilidad a largo plazo. En lugar de buscar explosiones rápidas de crecimiento, más empresas podrían adoptar un enfoque de growth hacking que también considera la retención de usuarios, la lealtad de marca y el impacto ambiental y social.

La Fusión de Growth Hacking con Otras Disciplinas

El futuro podría traer una fusión aún más estrecha entre el growth hacking y otras disciplinas como el desarrollo de productos, la experiencia de usuario (UX) y el diseño de servicios. Esta convergencia permitiría un enfoque más holístico para el crecimiento, donde la innovación en el producto mismo es tan importante como la manera en que se promociona y se vende.

La Democratización del Growth Hacking

A medida que las herramientas y recursos se vuelvan más accesibles, el growth hacking podría democratizarse, permitiendo que incluso las startups más pequeñas y los emprendedores individuales adopten tácticas de crecimiento antes reservadas para las grandes corporaciones. Esto podría nivelar el campo de juego y fomentar una mayor innovación en todos los sectores.

El futuro del growth hacking está lejos de estar escrito en piedra. Lo que sí es seguro es que continuará evolucionando, adaptándose a las cambiantes tecnologías, expectativas de los consumidores y normativas legales. Para aquellos dispuestos a aprender, experimentar y adaptarse, el growth hacking seguirá siendo una herramienta muy útil para impulsar el crecimiento. Pero como cualquier herramienta, su valor depende de cómo se utilice: con visión, ética y un firme compromiso con el valor a largo plazo tanto para la empresa como para sus usuarios. En este futuro que nos llega, una cosa está clara: el crecimiento sostenible, ético y centrado en el usuario no es solo un ideal; es el único camino verdaderamente viable hacia adelante.

La Reflexión

Reflexionar sobre la explosión de las empresas que se autodenominan “growth partners” es sumergirse en un mar de ironías y contradicciones. Parece que, de la noche a la mañana, cada agencia, consultoría o incluso freelancer ha encontrado en el “growth hacking” el nuevo elixir de la vida empresarial, prometiendo catapultar a cualquier negocio hacia estratosféricos niveles de éxito. Pero, ¿Cuánta verdad hay en esto?

Lo primero que salta a la vista es la vehemencia con la que estos nuevos evangelistas del crecimiento desacreditan las prácticas de marketing tradicionales, pintándolas como reliquias obsoletas de una era pre-digital. Sin embargo, al adentrarnos en sus métodos y estrategias, no puedo evitar ver que estamos asistiendo a un rediseño de la fachada más que a una reconstrucción del edificio. Las tácticas de crecimiento rápido, la obsesión por los datos, la personalización del usuario… ¿No son acaso principios que el marketing ha perseguido desde siempre, aunque con diferentes herramientas?

Por otro lado, la proliferación de estos “partners de crecimiento” despierta una sospecha casi instantánea. En un ecosistema empresarial cada vez más saturado, donde la diferenciación es rey, parece paradójico que tantos afirmen poseer la llave maestra del crecimiento. Me pregunto, ¿cómo es posible que, en tan poco tiempo, tantos hayan adquirido una maestría en un campo que, por su propia naturaleza, está en constante evolución y redefinición y que es relativamente nuevo?

Además, este fenómeno plantea una pregunta aún más crítica sobre la sostenibilidad y la ética del crecimiento. En la carrera frenética por acelerar las métricas, ¿Dónde queda el compromiso con la calidad, la sostenibilidad y, sobre todo, con el valor real entregado al usuario final? Parece que, en algunos casos, el growth hacking corre el riesgo de convertirse en una carrera hacia el vacío, donde el crecimiento por el crecimiento mismo eclipsa la esencia misma del negocio.

No me malinterpretes, no dudo de que existan verdaderos expertos en growth hacking que aportan un valor inmenso a las empresas con las que colaboran. Sin embargo, la saturación del mercado y la homogeneización del discurso hacen cada vez más difícil distinguir entre el artesano y el charlatán.

Me inclino a pensar que el verdadero arte del crecimiento no radica en adoptar ciegamente las últimas tendencias o en redefinirnos con la etiqueta de moda. Más bien, se trata de entender de verdad a nuestros usuarios, de construir productos y servicios que ofrezcan un valor diferencial, y de promover un crecimiento que sea tanto cuantitativo como cualitativo. En este sentido, quizás sea hora de que el mundo del growth hacking haga una introspección y se pregunte no solo cómo podemos crecer más rápido, sino cómo podemos crecer mejor.

conclusiones

Términos como “growth hacking”, “partners de crecimiento”, y la avalancha de estrategias prometedoras que inundan el panorama empresarial moderno, llegamos a un punto de reflexión crucial. Este recorrido a través de los antecedentes, estrategias, éxitos y fracasos, y las proyecciones futuras del growth hacking nos deja con algunas lecciones y otras tantas preguntas pendientes.

Primero, es evidente que el growth hacking ha sacudido el mundo del marketing y el desarrollo empresarial, introduciendo tácticas innovadoras y un enfoque renovado en el crecimiento acelerado. No obstante, al desempolvar estas estrategias, encontramos que muchas de ellas son principios de marketing clásico vestidos con nuevo disfraz digital. Esto no disminuye su valor, pero sí nos invita a cuestionar la novedad real detrás del buzz y a aplicar un pensamiento crítico antes de subirnos al tren del hype.

Además, la proliferación de autodenominados “expertos” en growth hacking nos recuerda que, en un campo tan dinámico y saturado, la diferenciación y el valor real son más importantes que nunca. La crítica hacia el marketing tradicional por parte de algunos “partners de crecimiento” parece a veces más un truco de venta que una evaluación objetiva de métodos antiguos versus nuevos.

Con los ejemplos de éxito y fracaso en el growth hacking podemos que no hay atajos para el crecimiento sostenible. Las empresas que prosperan son aquellas que logran equilibrar innovación, ética y un compromiso con sus usuarios. La obsesión por el crecimiento a cualquier precio, sin considerar la sostenibilidad a largo plazo, es un caldo de cultivo para el fracaso.

Para que nos entendamos, el growth hacking no es ni un santo grial. Es una herramienta, con tanto potencial para impulsar el crecimiento como para desviar a las empresas de sus valores elementales. La clave está en cómo elegimos utilizarla.

Por nuestra parte, aquí termina nuestra aportación a tu semana. Si te ha gustado, pues añádete al “growth loop” (o agrégate al fluir) y comparte este artículo con alguien. No vamos a darte nada, salvo amor y el deseo de que tengas una muy buena semana y nuestro agradecimiento.

¡Nos vemos!

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